Tradición de las tumbas de tiro son
unas sepulturas características de determinados sitios arqueológicos de
colima, en el centro de Jalisco, en el sur de Zacatecas y a lo largo de
las tierras altas del sur de Nayarit en los años S.IV a.c - VI d.c. Consisten
en un tiro o pozo de 2 a 16 metros de profundidad de sección circular o
rectangular que se excava en la tierra. Al llegar a determinada
profundidad se excava hacia a un lado una o varias cámaras funerarias
que contendrá el cadáver y sus ofrendas. Estas cámaras están comunicadas
entre sí con pequeños túneles en las cuales se han encontrado elementos
ceremoniales que acompañaban a los muertos. Aparte
de su presencia en el Occidente de México, este tipo de tumbas existen
también en otros lugares de Sudamérica. Son particularmente abundantes
en el área de Ecuador y Colombia. Las
ofrendas constaban de piezas de cerámica con representaciones de
hombres o mujeres en alguna actividad, como testimonio del tipo de vida
que habían llevado (por ejemplo, cazadores, músicos, agricultores con
sus enseres e indumentaria)
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